Poder ser sin tener que ser, eso es. El
poder de la capacidad de todo, de la absurdidad, el poder de
columpiarse hasta el infinito y más allá, y llegar al más allá.
No entiendo qué está pasando cuando pasa el tiempo, solo oigo las
agujas de un reloj haciendo tic-tac. Lo he escuchado tanto que se ha
quedado impregnado en mi mente, me persigue, tic-tac solo oigo
tic-tac, cuando duermo, cuando no duermo. Y ya no puedo, necesito
sacármelo de la cabeza, uno de los dos tiene que desaparecer. Oigo
voces que me impulsan al gran salto, otras me incitan a la
inexpresión. No sé si tengo que elegir entre las dos, o elegirlas a
ambas, o a ninguna. Saltar inexpresivamente. Quedarse quieta
saltando. Movimiento, la nada y el todo. Pensamientos arbitrarios,
decisiones erróneas, conclusiones dolorosas. Lo primero que se me
pasa por la cabeza. Miedo a que todo vuelva a ser mentira, a escuchar
otra vez el tic-tac, las palabras que me helaron un día. Miedo a no
volver a creer, a no encontrar nunca nada en lo que creer, nada que
querer. Descubrir cómo es realmente la realidad y volverme loca, no
entender lo que está sucediendo. Corazón de Piedra. Trucos para
sobrevivir y para seguir odiando todo que me hace parecer mejor. Uno
de los dos tiene que desaparecer. Tic-tac. Camúflate entre el ruido.
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