25 septiembre 2013
Día 43 fuera de casa
Y nada va a salir como tú pensabas. Dejaste tu mundo idílico Marina, lo dejaste y no puedes pedir que te espere. Un barco en puerto es seguro, pero los barcos no se hicieron para quedarse en puerto. Unos zapatos en su caja nunca se van a estropear. Un boli en el cajón nunca se va a gastar. Podías haber elegido quedarte en tu zona segura, pero piénsalo, ¿es esa realmente una zona segura? ¿Quieres ser siempre unos zapatos nuevos? No sé los demás, pero a mí me gustan más unas zapatillas cuando están desgastadas, cuando tienen tierra en las suelas, cuando han andado. Igual echas de menos tu armario, tu cajón. Allí conocías todo. Sabias cuándo y por qué sucedían las cosas. Allí te querían. Pero, vuelve a pensar, ese armario seguirá siendo el mismo armario, y los que están dentro seguirán estando dentro, seguirán estando nuevos, vas a ser tú la que vuelva desgastada, la que vuelva marcada. Y si hay alguien que se ha ido, alguien a quien realmente querías, alguien que pensabas que siempre iba a estar en el armario, no te preocupes, todos en un momento u otro tenemos que salir al exterior. Todos nos vamos en un momento u otro. Todos salimos a caminar. Puede que las cosas del armario hayan cambiado de sitio, pero créeme cuando te digo que podrás volver a encontrarlas, e incluso, puede que, inesperadamente, encuentres cosas nuevas que meter dentro.
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