03 noviembre 2014
RUIDO.
14 septiembre 2014
Los perdidos encontrados.
28 agosto 2014
Motas de polvo.
Hace ya tiempo que llegué a casa, pero no he pasado mucho por ella, quizás sea por eso por lo que ya parece extraña, por lo que ningún sitio es cercano ahora. Y es que ya no puedo escribir, mi mente vaga por un mundo que no existe, que igual nunca existió, pero que al parecer no pretende desaparecer jamás.
Y lo único que hago es escupir palabras, versos, párrafos cargados de inutilidad, hostilidad y desesperación.
Nada que sirva para crear algo que merezca la pena. Merecer la pena es un término demasiado desgastado.
Me gustaría poder decir más, poder decirme más a mí misma, pero las circunstancias del momento me impiden seguir intentando explicarme qué es lo que hice para acabar así.
22 abril 2014
Día 253 fuera de casa.
Meses, años parecían haber pasado, pero lo cierto era que todo aquello solo pertenecía a un instante, y que, probablemente, la única forma de tenerte fuese escribiéndote en unas simples líneas que nadie leyese jamás. Cuando recordé al fin cómo volver a ver, cuando recordé cómo se respiraba, abrí mis ojos y el azul se había ido. Mi corazón, que se había encogido al ser cautivado por tu azul, ahora parecía hundirse dentro de mí. Esperaba, sin querer buscar nada, sin querer encontrar nada, volver a ser cautivo de un color momentáneo.
Amores a primera vista.
13 marzo 2014
Día 213 fuera de casa.
08 marzo 2014
Día 208 fuera de casa
I couldn't help my eyes;
sometimes green,
sometimes black.
I couldn't get along with the dark.
You were still here and now,
now who knows where you are.
This room is not mine,
or maybe it's me the one
that thinks dreams can last.
No more comfort.
No more past.
It's no longer with us.
05 marzo 2014
Día 204 fuera de casa.
Se había cansado el pájaro de volar y de repente, sus alas dejaron de funcionar. Yo me había cansado de esperar, así que cerré mis puertas. Si alguien quiere volver a entrar, que coja una llave, pero no se hacen copias. Estaba cansada del mundo. Cansada de las repeticiones, de los días que acababan y volvían a empezar en el mismo sitio. Me pesaba el corazón, y los pulmones, y me costaba respirar. Era como si en mis párpados cargase todo el peso de la humanidad, como si alguien lo hubiera olvidado ahí, sin darse cuenta de que era demasiado. Intentaba mantener los ojos abiertos, pues era en los sueños donde te volvía a ver, y ya no podía permitirme el privilegio de malgastar mis lágrimas. Intentaba sujetar un peso que no era mío, intentaba apagar un incendio que ni siquiera podía oler. Y todo sin cerrar los ojos. No te duermas, me susurraba, no te duermas.
Pero como la piedra que tiras al río y se hunde poco a poco, o como un papel que baila con el viento y que finalmente acaba en una esquina de un callejón, me dormí.Y nunca pensé que soñaría con algo que no fueses tú, pero soñé con mi rescate. Soñé con volar, y las alas del pájaro volvieron a funcionar.
22 enero 2014
Día 163 fuera de casa.
21 enero 2014
Día 162 fuera de casa.
12 enero 2014
Día 153 fuera de casa.
01 enero 2014
Día 142 fuera de casa.
Liberación. Golpes. Indiferencia frente a los golpes.
Has sido informada de las consecuencias de quedarte tumbada. No te importa, estás tan feliz, ¿estás tan feliz? Apuesto que ni sabes que hay ventanas. Sí, y puedes mirar a través de ellas, y ¿sabes lo que hay ahí fuera? Yo tampoco.
Confusión. Golpes. Indiferencia frente a los golpes.
Necesitas levantarte como puedas, pero el tiempo ha machacado ya tus músculos. Ya no te acuerdas. No recuerdas cómo lo hiciste en el pasado. Como si de cenizas se tratasen. Como si fueras aire. No puedes moverte.
Angustia. Golpes. Frustración frente a los golpes.
¿Qué hay tras la ventana? Parece todo tan desierto, todo tan solitario. Pero ya no puedes quedarte en esa habitación. Te destruiría. Tus órganos se deteriorarían. Los pequeños agujeros en tu nuca empezarían a ensancharse, y su tamaño sería suficiente para el tránsito de los pequeños bichitos que ansían eso que algunos llaman alma. No. No más. Abre la ventana. No vuelvas a tumbarte... No otra vez.
Impasibilidad. Demencia. Nada fluye ya. Nada viene, nada va. Nada. Si tan solo hubieras abierto aquella ventana. Si tan solo hubieras escuchado las voces desde el exterior. Ya no hay golpes. Ya no estás.